sábado, 21 de enero de 2012

El valor de la comunicación escrita

En tiempos donde la tecnología prima y las comunicaciones escritas se priorizan, es importante lograr claridad, precisión y cordialidad.
La comunicación escrita es permanente, posee la capacidad de ser registrada y por ello resulta una fuente de consulta constante. Por lo tanto te recomendamos reflexionar antes de escribir: definir lo que queremos expresar y pensar los modos resulta vital en la época de la comunicación digital.
Además, la falta de retroalimentación inmediata puede conllevar a una interpretación equívoca del mensaje, por lo que te acercamos algunos tips:

Ser claros. Es la exposición limpia, correcta, es redactar un texto entendible sin que dé lugar a dudas.

Escribir con precisión. Ser exactos y puntuales, escribir de manera concisa y sin vueltas. Contar con brevedad y precisión en la expresión de los conceptos es emplear únicamente las palabras que sean precisas y necesarias para expresar lo que queremos, es decir, expresar nuestros pensamientos con el menor número de palabras bien estructuradas.

Naturalidad. Utilizar la lengua más usual o habitual, escribir con nuestro propio vocabulario sin rebuscamientos en el modo de proceder.

Cortesía. Tratar con atención y respeto a la persona a la cual le redactamos.

El desafío de encarar una hoja en blanco (en este caso un archivo de Word o un nuevo correo electrónico), sería más simple si siguiéramos estos pasos:

1. Planificación: búsqueda y recopilación de información, primera organización mental del texto teniendo en cuenta a los futuros lectores y los objetivos que se persiguen. En esta etapa elaboramos, pensamos lo que vamos a escribir y cómo.
• Determinación del tema (sobre qué vamos a escribir, sus limitaciones, la perspectiva que vamos a darle, etc.).
• Desarrollo de ideas y conceptos. Jerarquización de ideas: organizar las ideas y conceptos desarrollados por las distintas técnicas. En esta etapa se clasifican las ideas en esquemas, gráficos o red conceptuales.
• Pensar en el propósito: ¿Qué quiero conseguir con este texto? ¿Cómo quiero que reaccionen los lectores? ¿Puedo formular en pocas palabras mi propósito?
• Acerca del receptor: ¿Qué sé de las personas que leerán el texto? ¿Qué saben del tema sobre el que escribo? ¿Qué información tengo que explicarles? ¿Cómo se las tengo que explicar? ¿Qué términos pueden ocasionar problemas de comprensión? ¿Cuándo leerán el texto? ¿Cómo?
• Sobre el autor del texto: ¿Qué relación espero establecer con los lectores? ¿Qué tono quiero adoptar? ¿Qué saben de mí los futuros lectores de este texto?
• Finalmente, pensar en el texto: ¿Cómo será de extenso? ¿Qué lenguaje usaré? ¿Cuántas partes tendrá? ¿En qué soporte lo enviaré? ¿A través de qué modo?

2. Escritura o Redacción: organización y disposición de las ideas en el papel.

3. Revisión: se debe releer el texto tomando conciencia de un conjunto de aspectos que incluyen desde la ortografía hasta la organización de la información, procurando corregir forma y contenido.

Fuente: InfoSalarial / Universidad Austral / Prana Consultores

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