lunes, 9 de enero de 2012

Hacia la hiper-personalización de los alimentos

En los últimos años se ha experimentado una evolución en el concepto de “el consumidor”, desde la visión como un colectivo a la actual, en la que se tienen en cuenta las necesidades nutricionales, preferencias y aspiraciones individuales. Esta visión ha ido afianzando la tendencia hacia la personalización o customización de los productos, ahora también en el ámbito alimentario. Y el exponente máximo llega con la participación de los propios consumidores en la fase de diseño de los productos.
Aunque para llegar realmente a una alimentación personalizada todavía queda un importante camino que recorrer, cada vez es más frecuente ver productos dirigidos a individuos con problemas de salud concretos (población alérgica, salud cardiovascular…), colectivos de edad específicos (tercera edad, niños), u orientados al sexo masculino o femenino.
Pero la clasificación de los consumidores por sexo y edad es insuficiente, siendo necesario avanzar hacia la segmentación a través del análisis de los perfiles sociales y los estilos de vida. Esto permite una aproximación más ajustada para plantear nuevos conceptos de productos y servicios acorde a unas necesidades más personalizadas.
Durante un reciente viaje a los EEUU, la personalización de los productos de alimentación y bebidas se ha manifestado tanto en los propios productos como en los puntos de venta, donde el consumidor puede desde elegir sus ingredientes hasta cocinar su producto en el lugar de consumo. He aquí algunos ejemplos de productos encontrados que se identifican con diversos perfiles de consumidores.

Para los deportistas
Comodidad, seguridad y calidad sensorial se aúnan en este producto localizado en Estados Unidos en una tienda especializada para los montañeros y amantes del “outdoor”. Bajo la marca Backpacker Pantry, se presenta un plato liofilizado que puede consumirse dentro del propio envase. El producto incorpora entre sus ingredientes verduras, legumbres, pollo y arroz. Se prepara vertiendo agua hervida dentro del envase, dejando reposar y ya está listo para consumir.


Sin duda un plato que intenta cubrir las expectativas de los montañeros por su comodidad, duración (larga caducidad), aporte nutricional y calidad sensorial.

Para los que tienen prisa
Fruto del ajetreado ritmo de vida de las sociedades avanzadas, se están imponiendo en el mercado los productos que permiten ahorrar tiempo a la hora de alimentarnos. Ejemplo de ello son los “kits de comida” de ensamblaje. Este producto aúna un plato principal como la pizza (permite preparar una pizza al gusto de forma rápida al microondas o en frío), una bebida y un dulce. Dirigido al público infantil y comprado en San Francisco, el producto se presenta en una caja de cartón que incluye una bandeja de plástico con todos los ingredientes para la elaboración de la pizza, mientras que el zumo se presenta en un envase flexible.


Este tipo de kits de comida no sólo aportan el valor de la comodidad, sino que permite al propio consumidor adaptar el producto a sus necesidades o expectativas con su papel en la preparación final del mismo.

Para todos los gustos
El consumidor es cada vez más demandante de información para poder tomar una decisión de compra acorde a sus necesidades o filosofía. En este sentido, las estrategias que los consumidores han desarrollado a través de Internet y la web social ha sido determinante. Las empresas se están adaptando de forma creciente a este nuevo modelo de consumidor, más proactivo.

Una muestra de cómo los productos cada vez ofrecen más información para facilitar la decisión de compra del consumidor es el de esta empresa holandesa que elabora zumos y smoothies. Sus productos incorporan unos “códigos de sabor” que indican el grado de dulzor, amargor y acidez al consumidor.

Fuente: Food Trend Trotters

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