miércoles, 11 de noviembre de 2015

El bioetanol emite 69% menos gases de efecto invernadero que la nafta

Así lo asegura una investigación del Inta con ACA Bio. Ese valor supera con creces las normativas de la Unión Europea.

La Universidad Nacional de Villa María -Córdoba- (UNVM) fue la sede de presentación de un “calculador de gases de efecto invernadero”, una investigación conjunta realizada por técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la fábrica de biocombustibles ACA Bio.
En concreto, el estudio midió todas las emisiones de gases ocurridas en un año (entre el 31 de junio de 2014 y el 1° de julio de este año) en el proceso productivo del etanol, desde la siembra y cosecha del maíz, hasta su traslado a planta y su posterior transformación en diferentes subproductos.
Jorge Gilbert, coordinador del estudio, remarcó que la conclusión principal es que el etanol emitió en este período analizado un 69 por ciento menos de gases invernaderos que la nafta.
“Lo que hicimos fue una caracterización de la reducción de emisiones que produce el bioetanol comparándolo con lo que reemplaza de combustible fósil. Así tenemos un valor total de ahorro de emisiones
que se producen por reemplazo por bioetanol producido a partir de maíz”, explicó Gilbert.

Oportunidad exportadora
Una cuestión importante a tener en cuenta es que este porcentaje obtenido supera con creces los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero impuestos por la Unión Europea no sólo para 2016 sino hasta 2018.
Puntualmente, la UE plantea un objetivo del 35 por ciento de reducción para 2016 y del 60 por ciento para 2018. Es decir, que el 69 por ciento que arrojó este estudio mejora con amplitud esos estándares.
Esto abre una oportunidad futura para eventualmente poder exportar etanol a ese mercado. “A nivel de exportación existen barreras desde el punto de vista del porcentaje de reducción que logra este nuevo combustible con respecto al combustible fósil que reemplaza. En ese caso comparamos, con la normativa más exigente que es la normativa europea no sólo actual si no la incremental a 2017 y 2018 y la cumple, los cual nos abre un potencial mercado a este producto para ingresar con una cierta priorización y beneficios al mismo”, sintetizó Gilbert.
De todos modos, afirmó que es un trabajo de monitoreo que debe seguir permanentemente ya que este porcentaje es dinámico, debido a que depende de múltiples factores. Por ejemplo, una caída de rendimiento de maíz necesita una mayor superficie sembrada para cubrir la demanda de abastecimiento de la planta y eso genera mayores emisiones de dióxido de carbono, modificando los estándares.

Fuente: AgroVoz

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