viernes, 20 de diciembre de 2013

Dos nuevos Ingenieros en Alimentos

Mariana Jimenez  Veuthey y  Blas Alfredo Tito, defendieron con éxito el 22 de noviembre pasado su proyecto final basado en el estudio de la factibilidad de instalar una pyme elaboradora de queso pategrás con cultivo adjunto probiótico en el parque industrial General Belgrano de la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Consultada Jimenez Veuthey por la elección del tema señaló que la idea fue desarrollar un producto innovador que agregue valor a los quesos semiduros de la provincia. “Además con  mi compañero de tesis, Blas Tito elegimos este tema porque la industria láctea y en particular la elaboración de quesos es algo que nos gusta muchísimo”, expresó

¿Que sosas considera que les aportó haber trabajado en este proyecto para su formación?
Trabajar en el proyecto que elegís para graduarte te enseña muchas cosas desde organizarte día a día para ir cumpliendo los objetivos  y avanzando en los capítulos, hasta darte maña para conseguir que los proveedores de equipos, materia prima, insumos, etc. te faciliten datos e información técnica, para lo cual hay que tener o hacerse de mucha paciencia.


¿Cuales son sus planes a corto y largo plazo?
Los planes a corto y mediano plazo es comenzar a trabajar en lo que tenga que ver con alimentos, y continuar especializándome.

¿Está trabajando? ¿Donde? ¿Que tipo de actividad realiza?
Si estoy trabajando en el laboratorio LAMAS de nuestra Facultad, aprendiendo día a día no solo cuestiones técnicas sino también cuestiones humanas, que valoro muchísimo.

Si pudieran elegir un lugar y el área de trabajo ¿Cual elegiría?
Elegiría el área de investigación y desarrollo de una industria láctea.

¿Consideran que la Facultad los preparó para enfrentar el mercado laboral actual?
Considero que la Facultad de Ciencias de la Alimentación, es una excelente casa de estudios no sólo por la formación técnica que nos da, sino también por la calidez humana que se transmite en todos los niveles jerárquicos de la institución, lo cual nos permite sentirnos seguros y poder demostrar lo que aprendimos a la hora de enfrentar el mercado laboral.

¿Que cambiaría y que destaca de la formación recibida como Ingeniero en Alimentos?
En cuanto a los aspectos positivos, esta formación te da las herramientas, la capacidad y la ética necesaria para desempeñarte como ingeniero.
Como consejo se debería hacer énfasis en el trabajo en conjunto entre la Facultad, organismos públicos y productores de la zona, resolviendo distintas inquietudes para lograr un mejor desarrollo de la región.

Ahora que ya se graduó: ¿Que consejo le darían a los que están estudiando o quieren comenzar esta carrera?
A los que quieren comenzar esta carrera, les diría que decidieron lo mejor, la carrera es muy interesante, tiene muchos desafíos y un futuro prometedor tanto en nuestro país como en el exterior. A los que están estudiando, que sigan para adelante, la clave está en conseguirse una buena silla (mejor si es acolchonada) y sentarse a estudiar y rendir una y otra vez hasta ir sacando cada una de las materias. Perseverancia, responsabilidad y dedicación son tres palabras muy poderosas para la vida.

¿Que perspectivas cree que tiene la carrera considerando el incremento constante de su demanda en el mundo?
La exigencia por parte de los consumidores de adquirir productos diseñados a medida, que sean ricos, saludables, de bajo costo y con envases biodegradables sumado a la modernización tecnológica, a la necesidad de agregar valor a la producción primaria y a la implementación de normas de calidad cada vez más exigentes han abierto un amplio abanico de acción para un ingeniero en alimentos.

¿Que rol cree que debe cumplir hoy en ingeniero en alimentos en nuestro país?
El rol del ingeniero en alimentos debe ser el de optimizar los procesos; desarrollar y/o mejorar productos que logren posicionarse en el mercado y satisfagan las necesidades de los consumidores y asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos.

Fuente: Información Institucional - FCAL UNER

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