lunes, 15 de septiembre de 2014

Alumnos de la Ing. Sara Gomez, distinguidos por el Senado de la Nación

El Senado de la Nación distinguió con el premio “Evita Compañera” 2014 a Mirian Gómez, estudiante de la Escuela Agrotécnica Nº 10 de la localidad formoseña de El Quebracho y perteneciente a la etnia wichí , que fuera premiada por la Organización de Estados Americanos (OEA) en la Feria Internacional de Ciencias Intel-Isef, una de las competencias de ciencias preuniversitarias más importantes de mundo, como uno de los jóvenes talentos que desarrollan ideas para solucionar problemas regionales.
La candidata a la distinción fue propuesta por la senadora nacional Graciela De la Rosa a partir de un proyecto de resolución, aprobado por la Banca de la Mujer del Senado en octubre de 2012, que instaura un reconocimiento anual para las mujeres de cada provincia que por sus antecedentes, labor y gestión en obras de bien o tareas comunitarias, mejor hayan expresado el ideario de María Eva Duarte de Perón.
Mirian Gómez desarrolló junto a Cristian Medina, otro estudiante wichí del 6º año de la Escuela Agrotécnica, un proyecto que busca evaluar el rendimiento y mejorar la obtención de harina de algarroba blanca. “La cosecha del fruto de la algarroba es una de las grandes tradiciones de las familias wichí de Formosa. Con la harina hacemos alfajores y budines que no tienen gluten y pueden consumirlos los celíacos.
La idea es ayudar a la gente para que pueda comer y comercializar una mayor cantidad de productos de mejor calidad”, destacó Mirian.
El proyecto resultó ganador en la Feria Nacional de Educación, Artes, Ciencias y Tecnología para la Educación Secundaria 2013, y fue luego seleccionado entre millares de trabajos de más de 70 países como finalista de la Feria Intel-Isef 2014, que se desarrolló en Los Angeles, EEUU.
La entrega de distinciones, que se realiza por segundo año consecutivo, tuvo como marco el Salón Azul del Senado de la Nación, y contó con la presencia de numerosos formoseños, entre los que se encontraba la diputada nacional Inés Beatriz Lotto de Vecchietti y el diputado nacional Carlos Donkin.
En el evento se remarcó, además, la importancia de estas iniciativas, ya que posibilitan dar a conocer los resultados de un proceso educativo inclusivo y transformador de las estructuras económicas, productivas y sociales de un pueblo, a partir del compromiso con la cultura, las necesidades de la comunidad y el respeto por el medio ambiente.

Nota Diario El Sol 19/07/2014
Sara Mariel Gómez es Ingeniera en Alimentos egresada de la Facultad de Ciencias de la Alimentación de Concordia, actualmente trabaja como docente en "El Quebracho", un paraje ubicado a 600 km de la capital de la provincia de Formosa, casi en el límite con Salta. Su proyecto, encarado con estudiantes de la comunidad wichi, permitió que estos jóvenes sean distinguidos en una feria internacional que se llevó a cabo en Los Ángeles California. Más allá del viaje y las distinciones, pudieron desarrollar un alimento, mejorando un método ancestral de la comunidad Wichi. 
La comunidad es de 600 habitantes, el ochenta por ciento de la matricula de la escuela agrotécnica donde trabaja Sara es del grupo Wichi, al resto los denominan criollos. Ella contó su experiencia de trabajo en la Argentina profunda: para tener noción del lugar, dice que es una región muy seca y árida, con temperaturas agobiantes en verano, una mínima puede llegar a los 30º, hay días en que la sensación térmica es de 54º, las lluvias son escasas con un promedio anual de 800 mm. anuales, la gente sobrevive con lo que tiene, reciben ayuda del Estado mediante los planes sociales como la asignación universal y la economía no tiene ningún desarrollo. Las comunidades aborígenes de nuestro país tienen su propia tierra.
A sus 38 años, Sara decidió que había que apostar por aquellos hermanos que menos tienen y había que ayudarlos, dejó de lado posibilidades, labores que le ofrecían, desarrollo, comodidad y bienestar económico y se jugó por los postergados.
"Fui con la idea de quedarme por poco tiempo; pero, la realidad me moviliza a trabajar por esos chicos que no tienen nada, ellos duermen en el piso al lado de un fuego y nunca faltan a la escuela, hacen todos los trabajos y cumplen con todo, si esta gente que no tiene nada sigue adelante porque no quedarme con ellos y darles una mano", reflexionó.

Jóvenes sin contaminar
"Creo que son excelentes personas porque tienen valores, son solidarios y no están contaminados por el consumo, en esta comunidad no tenemos señal de teléfono, en la escuela tenemos internet satelital mediante el programa Conectar Igualdad, los chicos tienen sus netbooks, van vestidos de wichi, con su pica que es una bolsa hecha con un tejido y van escuchando música con la compu es todo un contraste", aseguró.
Los más importante de la experiencia de Sara junto a otra docente fue el desarrollo de un proyecto para las ferias de ciencias, este trabajo los hizo ganar todas las instancias: institucionales zonales, provinciales, las nacionales de Mendoza y, finalmente, lo más esperado, pudieron llegar al gran país del norte representando a nuestro país en el equipo nacional.
Es así que, en el mes de mayo, dos jóvenes Wichi que nunca habían salido de su comunidad representaron a sus pares y participaron de este encuentro global y trajeron un reconocimiento de la OEA (Organización de Estados Americanos), por la importancia social del proyecto.
La grandeza de esta mujer es tal que le dejo su lugar a su compañera para que pudiera viajar con los chicos .
"En el futuro puede ser una revolución en alimentos"
Cuando le preguntamos en qué consistía el proyecto, dijo que "era algo muy simple, era poner en valor un método ancestral de los dueños de la tierra, los wichis. Ellos también eran recolectores y juntaban las chauchas de las semillas de los algarrobos, luego de moler las semillas, procedimiento que hacían utilizando un mortero, lograban una harina con muchas propiedades alimenticias y nutritivas, rica en azúcares, proteínas y minerales, los chicos lo que hicieron es tratar de mejorar el proceso de obtención, para ello colocaron media sombra debajo de los árboles para no juntarlas del piso y después el secado en secaderos solares".
Sara dijo que "esa harina no es panificable porque no tiene gluten, el secreto ancestral wichi se puede convertir en una actividad económica intensiva". Contó que es dulce con un leve sabor tostado y es similar al chocolate.
"Nuestro gran desafío es reforestar la zona para obtener un mejoramiento de la actividad y no juntarlas en el monte, este proyecto es más sustentable que la soja, porque no resiste tanto calor, esperemos que en poco tiempo se pueda valorar la importancia de este producto y pueda convertirse en una fuente de trabajo para la gente de esta comunidad, también podría mejorar las condiciones sociales de estas personas", remarcó.
Entusiasmado con la idea, la consultamos sobre las gestiones para obtener financiamiento y es ahí donde el sueño parece desinflarse, "hasta ahora no hemos recibido ayuda, nos falta el financiamiento para hacer el molino para procesar el alimento, todavía no tuvimos respuestas, solo el compromiso del Ministro de Educación de la Nación, que recibió a los chicos cuando llegaron desde Los Ángeles, el resto son promesas", concluyó.

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