sábado, 9 de noviembre de 2013

El valor agregado de la educación - Parte II

La maldición del conocimiento. 
Eva y Adán fueron expulsados del Paraíso por probar el fruto prohibido. En el árbol del conocimiento residen dos capacidades, una racional -distingue la verdad de la mentira- y otra ética – separa el bien del mal-. Desde entonces el hombre es libre.
En el cuento de Borges “Funes el memorioso” afloran las paradojas de la inteligencia. Funes es incapaz de reflexionar pero recuerda todo. Una memoria así, lejos de ser placentera, es una maldición. Es un depósito que procesa y duplica. Funes fallece de congestión pulmonar.
T.S. Eliot se preguntó: “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información? ¿Dónde está la sabiduría que perdimos con el conocimiento?” La información es como el carbón en la era industrial, donde un dato -el carbón en la mina- se convirtió información útil – la bolsa de carbón-. El conocimiento lo transformó en acero que la sabiduría usó para hacer un puente. Unió la información externa (conocimiento) e interna (experiencia). Sabiduría es inteligencia aplicada.

El conocimiento se transmite, la sabiduría no. 
Para Einstein “la imaginación importa más que el conocimiento” y sin sabiduría no hay valor. La creatividad
surge cuando se asocian el creador, el intelectual que maneja conceptos y palabras y el hombre de acción que administra personas y cosas. Pensar es olvidar diferencias, abstraer, generalizar. A Funes lo abrumaban los detalles sin jerarquías ¿Cómo pensar sin elegir? Un depósito infinito de datos sin procesar es la maldición de la inteligencia. Hay que recordar lo valioso y borrar lo que ya no sirve.
La red de internet como la memoria de Funes, no es jerárquica, es un laberinto borgiano donde se busca la novedad. W. Benjamín dijo: “el hombre actual cambió los relatos tradicionales de la sabiduría por la noticia que sobrevalora la novedad”. Funes permanecía inmóvil, al igual que la inteligencia americana el fatídico 11 de septiembre. Para bajar el peso de la información sólo cabe adoptar un modelo coherente. No se puede vivir sin decidir. El exceso de análisis provoca parálisis. El disfrute sin medida, la incredulidad ante la virtud, el individualismo a ultranza, arman la ética del placer: estar a la moda, la TV basura, y el caos informático. Ahí la sabiduría  es cosa del pasado.
Durante una conferencia sobre diferencias generacionales, un estudiante explicó por qué la Vieja Generación no comprende a la suya: Creció en un mundo casi primitivo .Nosotros crecimos con TV, internet, teléfonos celulares, aviones jet, viajes espaciales. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear, autos eléctricos y de hidrógeno, computadoras que procesan a la velocidad de la luz y mucho más. Un Señor Mayor respondió: Tienes razón; nosotros no tuvimos esas cosas de jóvenes. ¡Por eso las Inventamos! Ahora, dime, ¿Qué haces tú por la próxima generación? Si te pasas la vida mirando el celular ¡El Aplauso fue Atronador!

La bendición del conocimiento
Un conocimiento creado hace 10.000 años logró que la naturaleza hiciera lo que el hombre quería. Fue la invención de la semilla Así pudo afincarse y almacenar. A fines del xvii otro conocimiento unió la energía de los combustibles a tecnologías de producción en serie, educación, medios de comunicación y cultura de masas. La riqueza surgió de la ciencia. La ciencia no se adueña de la verdad pero se le acerca.  La economía del saber se agrega a los recursos tradicionales -tierra, mano de obra y capital-. El conocimiento recolector encontró alimentos, el agrario los hizo crecer, el industrial los fabricó. La mente usa el saber: piensa, aplica, experimenta. Descubrir el fundamento de la época es el desafío del presente.

Fábrica de pobres. 
La maldición del conocimiento es la brecha que separa a ricos y pobres. El conocimiento optimiza la agricultura con tecnología. La brecha se reduciría si la economía del conocimiento desconcentrara la producción y transformara el campo para que produzca con alto valor agregado. El cambio pasará por la educación. Si no probemos con la ignorancia.
¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno? El Maestro mostró un gran recipiente lleno de arroz y personas hambrientas. Cada uno tenía su cuchara que llegaba hasta la olla, pero su mango muy largo les impedía  llevarla a su boca. Eso es el infierno. En otro escenario todos eran felices. Aprendieron a usar las cucharas para alimentarse los unos a los otros. Esto es el paraíso

La p$icología del dinero. 
Se ha creado un pensamiento cero que mide el éxito por la cantidad de ceros en la cuenta bancaria, nutrida de ganancias que se buscan de cualquier modo. El precio es la medida del valor y los valores humanos se cambian por dinero. Así las cosas valen lo que cuestan y las personas por lo que ganan. Se los juzga por lo que  tienen y a la calidad  por el precio. Lo bueno y caro, dos veces bueno y todo tiene precio. Con esa lógica lo que se regala y el aire que se respira carece de valor. Machado dijo “es de necios confundir el precio con el valor” y Discépolo :

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. Todo es igual, nada es mejor: lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazados ni escalafón; los inmorales nos han igualado. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

El mundo del revés. 
La paradoja es que lo bueno se degrada. Los maestros ganan monedas y las vedettes amasan fortunas. Los dirigentes corruptos cobran tan poco, que roban  para compensar. La sociología del poder inculca reflejos condicionados y así votamos. Fromm dijo que la “libertad sólo tiene sentido si podemos generar pensamientos propios”. Así  contribuimos a que muchos vivan a  pan y agua, y a que otros se llenen sus bolsillos. Sin embargo sentimos que algo no anda bien. Amamos al dinero pero afirmamos que es la raíz de todos los males y le decimos vil metal. Rechazamos al rico pero si alguien se enriquece haciendo cosas buenas lo envidiamos,  se torna sospechoso o pensamos que es injusto. Rechazamos el dinero pero lo deseamos ¿Qué provoca esta ambivalencia? La psicología del dinero genera un estado de falsa felicidad.

Poder es querer más eficacia. 
Al saber lo que queremos, la realidad fotocopia las creencias y creamos un mundo que se les parece. Un proceso comienza con ideas que se transforman en conceptos reforzadores, se expresan para que sean escuchadas y se conviertan en hechos. Los valores promueven acciones, y con las peores creencias la humanidad se extinguirá.
Si las creencias son rígidas el pensamiento no prospera ¿Cómo evitar la resistencia a los cambios? Se trata de invertir el proceso, de generar acciones que motoricen los cambios. Luego se les dará forma en el discurso y la mente aprenderá a relacionar el pensamiento con la acción. Al repetir  la acción se la convierte en una nueva creencia.  Recordamos el 5% de lo que escuchamos, el 10% de lo que escribimos y el 85% de lo que hacemos, por eso hay que transformar la idea en acto.
Una creencia negativa es no tengo bastante. La carrera hacia “nunca es bastante” creó un mundo desigual. De lo que no hay bastante es de cosas buenas porque el dinero ocupa su lugar. Con el dinero se compra una cama pero no el sueño, la comida pero no la digestión, el libro pero no el conocimiento, una casa pero no el hogar, el remedio pero no la salud, la diversión pero no la felicidad. Las cosas importantes no se pueden comprar. Un estudio reciente muestra que hay que cambiar para salvar al mundo. Hacer desaparecer el vehículo suntuoso, la ingesta de carnes rojas, el hedonismo y el consumo masivo. Para mantener la vida que ningún precio supere a su valor.

Programar o ser programados. 
Por los videojuegos, los chicos rinden menos en la escuela,  pasan horas sin hacer otra cosa. No es pasatiempo inofensivo. 4 de cada 10 rebajan su rendimiento en el aula, no duermen bien y les cuesta estar atentos en clase. Les cuesta cortar el juego y llegan a la adicción. Los adolescentes no la están pasando bien. Los adultos no debemos mirar para otro lado.
El 80% de los estudiantes de informática abandonan sus estudios. Se debe a un error en el momento de elegir por falta de información cuando deben decidir algo que modificará su vida: qué carrera seguir. Para eso es necesario conocerla, qué materias estudiará y cuál es la salida laboral.
Algunos saben que les gusta informática pero no saben qué elegir. Para reducir el  abandono  deben atacarse las causas. Sobre todo la forma en que se enseña. Que los colegios tienen que enseñar a utilizar las computadoras para que los alumnos sepan programar y no para que sean programados.

La violencia nos sacude. 
La violencia en el aula  se vincula con la violencia social y la seguridad es un valor que falta porque carecemos de educación emocional, de una formación para la vida que permita gestionar los conflictos y defender los  derechos sin agredir. Este entrenamiento deber ser proporcionado en la escuela y estar presente en los programas televisivos, en los afiches callejeros, en campañas publicitarias a favor de la no violencia.  Si se les recuerdan pautas éticas, las personas están más dispuestas a cumplirlas. La desigualdad también genera violencia y no es un problema sólo económico sino de falta de educación. Supone quebrantar el lazo social, incrementar la desconfianza interpersonal. La violencia simbólica en una sociedad que se define democrática pero que produce un acceso muy desigual a los bienes más valorados, genera resentimiento e incrementa la criminalidad y las drogas. También importa evitar el uso de armas. Dijo Gandhi: “ojo por ojo y el mundo acabará ciego”. La democracia se inventó hablando. Aprendimos a retener  impulsos, a que la ira no sea una fatalidad, a ponernos en el lugar del otro. Para poner fin al rencor hay que dejar de lado la fuerza bruta. Los argumentos son las mejores herramientas de la paz

¿Qué es el valor agregado? 
Es algo extra que se da con un producto o servicio, con el fin de sumarle valor.  Se trata de una característica que provoca diferenciación.  Es el restaurante que cuenta con un área para niños, la tienda que lleva e instala gratis el producto, el jabón que contiene una fórmula para protegerse de insectos, la estación de servicios que ofrece un menú con alimentos rápidos para los que tengan que esperar, o el taller mecánico que entrega el auto reparado y limpio.

El valor agregado en educación. 
Debemos aprovechar los recursos naturales, pero sin depender tanto de ellos. Al vender un teléfono celular, el país que lo produce está vendiendo conocimiento, transforma el costo de las materias primas que lo integran, para construir lo que puede valer mucho más. Cuando se inserta el conocimiento en un producto, se genera trabajo, a la vez que se potencia la capacidad de la gente y su capacidad adquisitiva. Depender de los recursos mineros, de las regalías que dejan las empresas extractoras, es una inadecuada educación. No existe hoy objeto pequeño o grande, que no lleve un microprocesador, con su software. ¿Estamos preparados para este tipo de producción? ¿Está orientada la educación para afrontar estos retos? Los países que tienen la capacidad para producirlos diseñaron su educación para que su población adquiera la capacidad de fabricarlos. El interés en los modelos de valor agregado se deriva de la mayor precisión que ofrecen para medir el desempeño escolar. Proporcionan una base más valiosa que las notas para planear mejoras, diseñar políticas y pedirle rendición de cuentas al sistema educativo.
Las mediciones de valor agregado brindan una medida más precisa en la cual basar decisiones sobre generar las políticas que eleven el desempeño escolar.
En Suecia el hijo del presidente de la Volvo estudia en la misma escuela que el hijo del jardinero. El desafío es construir un sistema público de educación donde todos tengan el mismo aprendizaje, reconocimiento  y oportunidades. La educación primero fue institución, luego servicio y ahora es un derecho universal. La equidad depende de la  simetría y se logra a través  de bienes públicos como transporte, salud, vivienda, escuelas de igual calidad.  Educar debe ser un bien público.
Mientras más pobre sea la zona, mejor tiene que ser la escuela, los pobres no tienen como reemplazarla. El tiempo de clase es necesario. La escuela tiene que proveer desayuno, almuerzo y merienda, ya que la deserción y el ausentismo dependen de la comida y el transporte. La comunidad debe ayudar. Una sociedad sana  no piensa sólo en sus propios hijos, se preocupa por todos.

Bill Gates tuvo10 mil horas de práctica. Fue a una escuela secundaria con internet cuando pocas la tenían. Cuando Harvard lo aburrió decidió retirarse sin obtener su título. Era brillante, pero otros chicos también lo son. El deber del Estado es nivelarlos. Los chicos asiáticos estudian más horas. Su herencia cultural de trabajo duro deriva del cultivo de arroz. Según reza el proverbio: Nadie que se levanta antes del amanecer 360 días al año deja de hacer a su familia rica. En Occidente, las vacaciones son parte de la cultura. Los niños pobres sin ir a clase, decaen por falta de estímulo. Una escuela marginal del Bronx aumentó el 60% las horas de clase y mejoró tanto que el 80% de sus alumnos ingresaron a la universidad. El programa se extiende ahora a todo EE.UU

Lo que no se mide no se puede mejorar.  
Medir la contribución de una escuela al crecimiento de los alumnos para alcanzar  objetivos que promuevan fines sociales debe hacerse al menos en dos momentos temporales. En 1996 el arzobispo de New York propuso recibir alumnos flojos de escuelas públicas en sus escuelas. Al buscar financiación encontró oposición por violar la primera Enmienda sobre libertad de culto. Unos filántropos crearon New York Scholarships Foundation que ofreció vouchers de US$1.400 a 1.000 familias pobres que podrían elegir escuelas religiosas o laicas. 20000 familias se inscribieron. El 85% se asignó a niños con resultados debajo de la media. Los niños más desfavorecidos tuvieron mayor chance en el sorteo. Hace poco Wall Street Journal publicó los resultados. El impacto fue notable en sus carreras.  En Argentina mencionar el voucher educativo es un tema tabú. Pero ante un Estado ausente podría igualar oportunidades.
La educación es la industria pesada de un país porque fabrica ciudadanos. La nuestra los fabrica mal. El 50% del éxito de un estudiante es saber lo que quiere, el otro 50% es conseguirlo. Para eso, como decía Nietzche, los métodos son la mayor de sus riquezas. Se conocen las mejores prácticas y también se sabe cómo funciona el cerebro. Lo que hace falta ahora es bajar o subir ese conocimiento a las aulas.  Para igualar las oportunidades la educación debería ser una política de estado. Pero el valor agregado de la educación sigue siendo todavía una materia pendiente.

Fuente: Dr. Horacio Krell CEO de Ilvem - Emprendedores News

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