sábado, 20 de febrero de 2016

En sólo 5 semanas, ya hay 9 casos de SUH en Córdoba

En 2015, hubo 40 niños afectados en la provincia. Una nena de 5 años está internada en grave estado en una clínica de Capital. En los meses cálidos, aumenta el riesgo.

En  los primeros 40 días del año, ya ascienden a nueve los niños afectados con síndrome urémico hemolítico (SUH) en la Capital y el interior de Córdoba. Los datos fueron provistos por el Ministerio de Salud de la Provincia, y abarcan hasta el 7 de este mes. No se informó si se sumaron más casos en los últimos 12 días.
No obstante, la elevada cifra supera los casos de la enfermedad que hubo en 2015 hasta la fecha (seis), e iguala al total de niños afectados en el primer trimestre de 2014, según admitió la secretaria de Prevención y Promoción de la Salud, Marcela Miravet.
En 2015, en total hubo 40 casos de la severa enfermedad que causa daño renal y anemia, y que también puede afectar el sistema nervioso central.
Además, una nena de 5 años se encuentra internada en grave estado en terapia intensiva en el hospital Raúl Ferreyra.
“La chiquita ingresó el 22 de enero con SUH e hizo una forma muy complicada de la enfermedad”, dijo el director del establecimiento, Jorge López Aráoz.
De acuerdo con el reporte de la cartera sanitaria, a su vez, de los nueve niños con SUH, siete requirieron diálisis o transfusión de sangre.
“Eso indica que la enfermedad fue severa, y que se trataría de una cepa agresiva”, consideró la nefróloga pediatra Élida Inchaurregui, a cargo del área en la Clínica Universitaria Reina Fabiola, y exjefa de nefrología del Hospital de Niños.
“En la clínica solemos tener uno o dos niños con SUH al año, y ahora ya tuvimos dos, lo que llama la atención”, advirtió, y señaló que hay períodos en los que parecen producirse picos de la enfermedad.

Más casos en verano
En tal sentido, el reporte oficial indica que la curva comparativa de los dos últimos años muestra picos en los meses de calor y luego una disminución el resto del año.
Y es que en los meses cálidos aumenta el riesgo de que haya casos de la infección, ya que la bacteria Escherichia Coli (cepa O157), que es la principal causa de la enfermedad, se multiplica con las altas temperaturas.
Las principales vías de transmisión son los alimentos y agua contaminados, pero también se contagia de persona a persona (vía fecal oral).
El principal reservorio de la bacteria es el intestino del ganado vacuno y de otros animales de granja, y puede llegar a las carnes por contaminación con materia fecal durante la faena o en la posterior manipulación. El agua, las verduras y hortalizas pueden contaminarse, a su vez, por contacto con las heces.
La carne poco cocida (más aún si está molida), las verduras y frutas crudas, los lácteos sin pasteurizar o que perdieron la cadena de frío, el agua contaminada, y el contacto de alimentos cocidos con crudos o con utensilios contaminados (como tablas, cubiertos, etcétera), son las principales vías de transmisión de la bacteria.
“Ahora que hay tantos cortes de luz, hay que extremar las precauciones y no consumir ni dar a los niños alimentos que hayan perdido la cadena de frío, como es el caso de los lácteos y las carnes”, enfatizó Inchaurregui, quien recomendó que, ante la duda, hay que desecharlos.
En los casos reportados, Miravet señaló que no están identificadas todas las fuentes de infección, aunque precisó que en un paciente hubo consumo de leche cruda en un tambo.

Comienza con diarrea
El SUH suele comenzar con diarrea, a veces sanguinolenta. Palidez extrema, fiebre, náuseas, vómitos o dolor abdominal, disminución de la orina, son otros síntomas, y pueden sumarse signos neurológicos (irritabilidad, somnolencia o convulsiones).

Prevenir es la única vacuna
Manos limpias. El SUH puede transmitirse de persona a persona, y por eso hay que lavarse las ­manos con agua y jabón después de ir al baño, de cambiar pañales, y de tocar carne cruda. 

Carne. Cocinarla por completo hasta que no quede rosada en el interior, y más aún si está molida.

Verduras. Lavar muy bien y con agua segura las verduras y frutas que se coman crudas.

Agua. Consumir agua segura o hervirla, y sólo bañarse en piletas debidamente cloradas.

Utensilios. No usar los mismos utensilios (tablas, cubiertos, fuentes) para manipular carne cruda y alimentos cocidos, o bien lavarlos o darlos vuelta entre ambos usos. Cuidar la higiene de mesadas y paños de cocina.

Heladera. No dejar alimentos a temperatura ambiente.

Fuente: La Voz

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