sábado, 9 de abril de 2016

Cambiar el "hecho en Argentina" por el "pensado en Argentina"

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva habló sobre el acercamiento al sector privado, las becas del CONICET y la posición de Argentina en el continente. El rol industrial del país

Desde que se creó en 2003 el Plan Raíces (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior), más de mil investigadores nacionales regresaron al país para continuar con su desarrollo profesional. Ya pasaron 13 años desde la iniciativa y en la actualidad la ciencia argentina se encamina hacia nuevos objetivos: descubrimientos de vanguardia, la búsqueda de una conciliación entre el sector público y el privado y la consolidación de su rol protagónico en el continente sudamericano. "Hay que cambiar el 'Hecho en Argentina' por el 'pensado en Argentina'", aseguró Lino Barañao, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
Una vez consolidado el numeroso y variado equipo de especialistas en el ámbito local, el próximo foco está puesto en la capacidad de aplicar el conocimiento en el sector privado y la posibilidad de encontrar un rumbo más redituable.
"Lo público y lo privado son dos colectivos sociales que tienen dos mecanismos de recompensa muy distintos. El empresario busca la rentabilidad, de la cual depende su supervivencia, y el investigador busca el reconocimiento de sus colegas", explicó Barañao.
El propio Ministerio de Ciencia comenzó a planificar un programa de estimulación y recompensa para aquellos especialistas que se enfoquen exclusivamente en la solución de problemas y las puedan trasladar al sector privado. En la actualidad, sólo un 5% del personal del CONICET está aplicado a ese sector.
"Estamos demostrando que ambas cosas pueden ser muy compatibles. Los investigadores que tienen las patentes más valiosas, son aquellos que publicaron sus investigaciones en las revistas más selectas de la ciencia. Y eso tiene lógica, cuanto más original es un hallazgo, hay más posibilidad de publicación en una revista y más probabilidad hay de que tenga una aplicación novedosa y supere lo que exista en el mercado. Con una patente comercializada adecuadamente, se recupera toda la inversión que hizo el Estado en todos los investigadores del área biológica en los últimos diez años", afirmó Barañao.

Las ideas argentinas trascienden la frontera
Hace unas semanas, el gobierno de Chile anunció la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología y pidió asistencia a sus pares argentinos. "Chile está en un terreno en el que todavía le falta un tramo importante para ponerse a la par. Hoy en día no tienen una carrera de investigador. No tiene estabilidad. Lo que es un requisito primordial para hacer ciencia".
"Hoy, el conocimiento es determinante en el desarrollo económico y social de un país. Tener un Ministerio de Ciencia pasa a ser tan importante como tener uno de industria o de agricultura", añadió.
El ministro de Ciencia sentenció que uno de los grandes objetivos de la región, con la Argentina a la cabeza, es convencer a los científicos locales de poder desarrollar sus carreras en sus países. No sólo por el futuro, sino por su compromiso social. "Lo que no se aprende en el exterior es el compromiso social que tiene que tener un investigador con el conciudadano que le pagó los estudios. Afuera, el sistema productivo toma inmediatamente a los especialistas y los convierte 'en algo que sirva'".

El nuevo rumbo del CONICET
La situación en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) representa uno de los puntos de conflicto más resonantes para el Ministerio de Ciencia y Tecnología. El director de la entidad, Alejandro Ceccatto, advirtió a principios de año que el caudal de becas otorgadas y contratos iba a mermar, debido al crecimiento mayúsculo de personal en los últimos años. A eso se le sumaron los reclamos de investigadores independientes por la supuesta "suspensión de becas" y la necesidad del propio ministerio de animar a sus investigadores a probar suerte en el ámbito privado.
"Vamos a seguir financiando el mismo número de becas, pero vamos a tratar de que esos becarios puedan tener la posibilidad de crear una propia empresa tecnológica, un servicio médico, lo que sea. Lo importante es que se considere que hay vida fuera del CONICET. Si sólo tenemos el CONICET y no tenemos un sector productivo que demande su trabajo, ocurre lo de siempre: ese conocimiento es aprovechado por países que tienen un sistema productivo innovador", explicó Barañao. Y añadió: "No estamos amenazando a los investigadores básicos, estamos pidiendo que piensen para qué sirve lo que hacen y que a los que se forman, que no se los forme como copias de sí mismos, que no se clonen".

El cambio de gestión: de Cristina a Mauricio
Barañao, en su condición de único ministro de la gestión de Cristina Kirchner que mantuvo su puesto con el nuevo Gobierno, ya pudo percibir los cambios en la metodología de trabajo, tras los más de 100 días de Mauricio Macri en la presidencia.
"La lógica de gestión es muy distinta. Era más radial con la anterior presidenta y ahora hay un énfasis mayor en el trabajo de equipo. No he tenido que cambiar en nada los lineamientos que había forjado en la anterior gestión y no hemos tenido ni un despido en el Ministerio ni en el CONICET", afirmó el ministro de Ciencia.

Fuente: Infobae

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