sábado, 23 de julio de 2016

Lucir elegante en el trabajo puede aumentar hasta un 20% el sueldo

Así lo confirmó un estudio de la Universidad de Chicago, que analizó el desarrollo profesional de casi 15 mil personas durante 13 años. 

Un viejo refrán reza que "hay que vestirse para el puesto que se desea, no para el que se tiene". Ahora, la prestigiosa Universidad de Chicago realizó un estudio que destaca la relación que existe entre la remuneración económica y el modo de vestir en ambos sexos. Según el trabajo, las personas que más tiempo y dinero invierten en su apariencia pueden llegar a ganar hasta un 22% más que la media.
No por nada el referente de moda italiano Stefano Pilati suele decir que "vestirse bien es un acto de gratitud hacia uno mismo y de cortesía hacia los demás" y lo mismo se aplica en el ámbito laboral.
La investigación siguió de cerca a 14.600 hombres y mujeres durante 13 años, desde que terminaron sus estudios universitarios hasta que alcanzaron su desarrollo laboral. Los encuestados además de responder a
preguntas sobre sus aptitudes laborales también fueron calificados por su nivel de aseo personal, como también la importancia que le daban a la imagen.
El informe, publicado en la revista Investigación de Estratificación y Movilidad Social, encontró que la apariencia era un factor clave para predecir el salario de una persona, independientemente de su educación, los antecedentes familiares, el peso o la raza. Los sueldos eran más elevados cuando la presencia del empleado era más "agradable a la vista".
Además, el estudió puntualizó que esta tendencia se acentúa en las mujeres, donde se coloca más el foco en la apariencia que en el género masculino.
Carolina Borracchia,  especialista y CEO de Combo Employer Branding, puntualizó que son "los talentos y aptitudes los que priman en cualquier organización", sin embargo dependiendo de la cultura y  la posición de la empresa, algunos tienen más en cuenta la presencia: "Cuando un individuo cuida su aspecto se traduce en que también cuida a los demás".
Por otro lado, los especialistas remarcaron que es muy diferente la cultura de las punto.com, o las startups, que las que posee una financiera de más de 100 años. No solo el código de vestimenta es muy diferente, sino que existen estructuras salariales regidas por organismos disímiles. Por un lado, las compañías de la nueva era están inmersas en un mundo que se está adecuando a ellas y, en el otro, las empresas anteriores a la última revolución tecnológica habitan un mundo controlado por gremios o sindicatos, en la mayoría de los casos.
Además, también se debe tener en cuenta la posición de cada individuo en la empresa, "no es lo mismo el servicio al cliente", en que la buena presencia es crucial, puntualizó Borracchia. "Es muy interesante cómo la vestimenta es la punta del iceberg de un montón de otros mensajes", agregó.
Para algunos puede parecer superficial, pero los especialistas consideran el aspecto como un factor de importancia en el contexto laboral. "Cuando una persona se presenta a otra, lo primero que nos atrae o deja de atraer es la imagen", detalló Bárbara Midley, productora de Moda y consultora en Imagen Personal.
La imagen no sólo refleja "estilismo" sino también habla de las preferencias, gustos, y el aspecto psicoemocional de un individuo. "No es cuestión de combinar piezas o estar a la moda, sino de trasmitir un mensaje", agregó.
Un punto importante es pensar en el otro y en cómo adaptar el estilo personal a la imagen que se espera. Por ello, la opción más neutra y atemporal es la más efectiva.
Vestirse bien es una subjetividad, "lo importante es que cada individuo encuentro su propio estilo, adopte prendas que son tendencia". La clave para que un outfit triunfe es "trabajarlo" desde la personalidad.

¿Cómo vestirse en el trabajo?
El código de vestimenta lo establece cada empresa. En el contexto laboral tradicional es importante respetar el código semiformal y trasmitir profesionalismo, responsabilidad y seguridad. Luego cada individuo lo adapta según las tareas que debe desarrollar.
Los profesionales sugieren tener en cuenta ciertas generalidades para las mujeres: "una camisa, un blazer estructurado, zapatos o stilletos, una cartera son el mejor aliado", puntualizó Midley. El cuidado de las manos es otro punto para poner el foco. Al igual que el maquillaje y cabello, sin abusar de sombras y elementos recargados que "llamen por demás" la atención.
En cuanto al hombre, un saco es ideal para cualquier circunstancia. Aunque no sea obligatorio, es una prenda versátil que puede salvar a cualquiera de un apuro. Otro punto clave, el calzado. De nada sirve haber cuidado al detalle el resto de tu imagen si en los pies se lleva una prenda gastada y sucia. Allí, todo el esfuerzo se derrumba.

Fuente: Infobae

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