jueves, 26 de febrero de 2015

Informe Especial: Desperdicio alimentario

A nivel mundial, cerca de 1300 millones de toneladas de alimentos se desperdician al año. En América latina se desperdician más alimentos que los que son necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales de las 47 millones de personas que aún sufren hambre en la región. El papel de la industria, los supermercados y las Organizaciones no gubernamentales es vital para terminar con este flagelo.
Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a cerca de 1300 millones de toneladas al año. Los alimentos se pierden o se desperdician a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en los hogares. Las pérdidas de alimentos representan un desperdicio de los recursos e insumos utilizados en la producción, como tierra, agua y energía, incrementando inútilmente las emisiones de gases de efecto invernadero. Por todo esto, el papel de la industria productora y los supermercados en la reducción del desperdicio alimentario es fundamental.
América Latina y el Caribe podría erradicar el hambre sólo con los alimentos que pierde y desperdicia, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. En la región se pierden y desperdician más alimentos que los que son necesarios para satisfacer las necesidades
nutricionales de las 47 millones de personas que aún sufren hambre en la región.
"Cada año la región pierde o desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, lo que impacta la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reduce la disponibilidad local y mundial de comida, generan menores ingresos para los productores y aumentan los precios para los consumidores", explicó el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez.
El funcionario agregó que las pérdidas y desperdicios también tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales. "Enfrentar esta problemática es fundamental para avanzar en la lucha contra el hambre y debe convertirse en una prioridad para los gobiernos de América Latina y el Caribe", señaló Benítez.
Según las cifras de la Organización, las pérdidas y desperdicios ocurren a lo largo de la cadena alimentaria: en la región, el 28% ocurre a nivel del consumidor; el 28% a nivel de producción, el 17% en mercado y distribución, el 22% durante el manejo y almacenamiento y el 6% restante a nivel de procesamiento.
Con los alimentos que se pierden en la región sólo a nivel de la venta al detalle –es decir en supermercados, ferias libres, almacenes y demás puestos de venta retail– se podría alimentar a más de 30 millones de personas, es decir, al 64% de quienes sufren hambre en la región.
"Aunque es importante señalar que los países de la región disponen de calorías más que suficientes para alimentar a todos sus ciudadanos, la enorme cantidad de alimentos que se pierden o que acaban en el tacho de la basura es sencillamente inaceptable mientras el hambre continúe afectando a casi el 8% de la población regional", explicó Benítez.
Según publica Tetra Pak, las pérdidas en los diversos niveles de la cadena tienen distintos motivos y soluciones:

Las pérdidas en la producción primaria: Las primeras pérdidas ocurren en la fase de producción, en los campos, con el agricultor, el panadero, el pescador etc., y pueden ser la causa de problemas con el tiempo, plagas de insectos, hongos o similares o por una mala gestión, transporte o almacenamiento. Las pérdidas de leche pueden tener su origen en enfermedades de las vacas y dar lugar a un porcentaje de perdidas en el campo. Los requisitos de calidad son otra fuente de desperdicios de alimentos que desgraciadamente no tienen nada que ver con el sabor o la nutrición. Los comerciantes piden alimentos "perfectos" y especialmente fruta, vegetales verdes, raíces y tubérculos y por lo tanto clasificados según su tamaño, forma y aspecto. A menos que la apariencia cumpla la forma requerida, los productos se desechan y a menudo se solicitan una mayor producción para estar más seguros.

Deshechos en el procesado y en la fase de venta al por mayor: Las pérdidas de producto en la industria alimenticia pueden darse durante el cambio de producto en la línea de procesado o pueden deberse a un fallo en la producción o porque las materias primas que se recibieron eran defectuosas. Las pérdidas en la etapa de la venta al por mayor pueden deberse al almacenamiento, al tratamiento, al transporte y a los alimentos que caducan. Con la leche, pueden darse derrames y degradación durante el transporte entre la granja y la empresa láctea, y en la transformación, por ejemplo, yogurt o queso. Un suministro excesivo de alimentos frescos como fruta, verduras, pan, pescado o mariscos significa que mucho acabará tirándose. Una alta proporción de los desperdicios de alimentos en la venta al por mayor son productos alimenticios que han sido devueltos por las tiendas. Por ejemplo, un proveedor de una marca concreta de pan en Estocolmo, Suecia, constata cada semana cantidades de devoluciones de pan equivalentes a 30 metros cúbicos.

Los productos descartados por las tiendas: Las pérdidas en las tiendas ocurren por un daño en la distribución, una manipulación incorrecta y fallos en las entregas, envases pobres, productos que han caducado, etc. Su objetivo es que los lineales estén llenos de productos y que los productos tengan buen aspecto, lo que significa que hay una cierta cantidad que se desperdicia. Todo lo que tenga un aspecto que no sea de suficiente calidad o que esté próximo a caducar se elimina, independientemente de que esté en buen estado. Puesto que no es práctico devolver la mercancía al proveedor y no es eficiente conómicamente vender los productos que van a caducar a precios reducidos, la mayoría de las tiendas los tiran y grandes cantidades de comida acaban de forma innecesaria en la basura.

¿Cómo enfrentar las pérdidas y desperdicios de alimentos?
Existe un número importante de iniciativas que buscan minimizar las pérdidas y desperdicios de alimentos en las distintas fases de la cadena alimentaria, principalmente mediante inversiones en infraestructura y capital físico. La estrategia para la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos debiera basarse en tres pilares fundamentales:
Tecnología, innovación y capacitación para la recopilación de datos, implementación de buenas prácticas e inversiones en materia de infraestructura y capital para mejorar la eficiencia de los sistemas alimentarios; Gobernanza para el establecimiento de marcos normativos, inversión, incentivos y alianzas estratégicas; Información y comunicación a través de campañas de sensibilización a cada uno de los actores de la cadena alimentaria como la Iniciativa global SAVE FOOD.
Se requiere la cooperación entre los países y una acción coordinada entre los sectores públicos y privados para hacer frente a esta problemática, el cual es un tema pendiente en la agenda de la lucha contra el hambre en América Latina y el Caribe. Si bien aún no se observa una estrategia clara de reducción de pérdidas y desperdicios en los países de la región, los gobiernos si están implementando medidas para enfrentar el problema. Un ejemplo de ellos son los bancos de alimentos, los cuales reúnen alimentos que por diversas razones serian descartados para su redistribución. 

El trabajo del Banco de Alimentos
Los Bancos de Alimentos son organizaciones sin fines de lucro cuya misión es ayudar a las personas que padecen hambre, y lo hace a través del principal programa que es el de Rescate de Alimentos. Este consiste en gestionar donaciones que provienen de la industria, productores agropecuarios y supermercados, fundamentalmente. Esos alimentos son recibidos en los depósitos de los Bancos.
Durante 2014, solamente el Banco de Alimentos de Buenos Aires recolectó 4.200.000 kilos de alimentos. Y en todo el país, los diversos Bancos de Alimentos recogieron más de 8.000.000 de kilos.
Los alimentos, que en general salen del circuito comercial por alguna razón pero están perfectamente aptos para ser consumidos se clasifican, con una red de voluntarios, se verifica en un proceso muy cuidado el estado y la fecha de vencimiento y se reparten en diferentes instituciones que ayudan a personas en situación de necesidad.
"Así se establece un circulo virtuoso entre la industria, la agroindustria y los supermercados, los Bancos de Alimentos como instituciones intermedias y las organizaciones comunitarias", explica Marisa Giráldez, Directora General del Banco de Alimentos de Buenos Aires.
Y añade que "los alimentos son donados cuando, por ejemplo, se va acercando la fecha de vencimiento o una acción comercial que no fue exitosa y la cadena de distribución sabe que no se va a vender. Además nosotros tenemos muy buena relación con los supermercados. Y cuando ciertas mercaderías de la góndola por distintas razones salen de la góndola son donadas a los Bancos de Alimentos".
Para Giráldez, el Banco de Alimentos todavía tiene que trabajar junto a la industria y a los supermercados para mejorar la recolección de productos perecederos. "Buena parte de los productos no perecederos lo estamos recibiendo. Pero en productos perecederos hay un camino por andar. Sobre todo en lo que tiene que ver con frutas y verduras, refrigerados y panificados. Este es un desafío".
Otro reto para la directora del Banco de Alimentos de Buenos Aires es lograr vínculos con la cadena de proveedores. Cuantos más actores sumemos a este círculo virtuoso más alimentos podremos recuperar. Creo que esto se debe a los años que tenemos en el trabajo, los Bancos de Alimentos en el país nacieron hace solamente 14 años. Todavía no tenemos la historia que tienen los Bancos de Alimentos, por ejemplo, en EE.UU. y Europa, que nacieron en la década del '60.
Para tener una red más amplia, Giráldez pide las empresas que "confíen en nosotros. Los invito a visitar el Banco de Alimentos más cercano para que conozcan como trabajamos. Eso les da garantía a las empresas de que la donación tiene el tratamiento debido".

Walmart, con el objetivo de reducir la merma
Existen productos que se sacan de las góndolas porque por diversas normativas no pueden comercializarse (abolladuras en latas de conserva, daño en empaque secundario, etc.). Todos aquellos productos que siguen aptos para consumo son reclasificados en un área aparte donde se revisan las fechas de vencimiento y el estado general del empaque del producto, así como otros lineamientos de seguridad alimenticia. Si se confirma el buen estado de los ítems, éstos son separados para entregar a los distintos Bancos de Alimentos del país, que a su vez los redirigen a quienes más los necesitan. Estamos orgullosos de la alianza que mantenemos con la Red Argentina de Bancos de Alimentos quien nos reconoció en diciembre de 2014 por el compromiso de Walmart Argentina con la misión de los Bancos", sostuvo Agustina Mattioli, Gerente de RSE y Sustentabilidad de Walmart Argentina.
Y añade que "los alimentos que no pueden comercializarse se clasifican en un área aparte, en donde se redefine qué debe hacerse con estos productos. Dentro de las categorías de alimentos no perecederos, limpieza y productos químicos nos fijamos específicamente las fechas de vencimiento y el estado del producto (packaging) ya que tenemos como opción donar esto a la Red de Bancos de Alimentos. Los Bancos se encargan de hacer retiros quincenales/mensuales y redirigir estos productos a quienes más lo necesitan. De esta forma, nosotros evitamos tirar a la basura productos que pueden ser consumidos pero que sabemos que nuestros clientes no los elegirían de las góndolas".
Asimismo, el área de Sustentabilidad tiene el objetivo de reducir la merma de productos de carnes, frutas, verduras y panadería en un 15% a fin de 2015, sobre la base de los datos de 2010. Este es un objetivo global de Walmart que se desarrolla en todos los mercados. En nuestro caso, para mejorar la eficiencia, tenemos en curso acciones en tres categorías críticas en este tema, como son carnes, frutas y verduras:

Carne: 
(a) la automatización de todo el proceso de Reabastecimiento, 
(b) la centralización de todo el proceso de picado y feteado de carnes, para evitar desperdicio en cada una de las 105 tiendas de todo el país.

Frutas y verduras: 
(a) máquinas de fraccionado diferenciada por formato, 
(b) contenedores IFCO que posibilitan una mayor vida útil del producto y al ser estándar mejoran el proceso de logística; 
(c) flujo de abastecimiento con base de transferencia en Mendoza, para disminuir el deterioro en el traslado de productos y minimizar el remanejo.

El trabajo de Carrefour y su fundación
"Con Banco de Alimentos venimos trabajando hace tiempo, no solo en la donación de alimentos sino también a través de la Fundación Carrefour de Argentina y con la Fundación Carrefour a nivel internacional. Por ejemplo, hace unos años hicimos una inversión importante para ampliar el depósito. También a fines del año pasado colaboramos con la entrega de un camión para el reparto de mercadería, que puede transportar alimentos secos y refrigerados. Queremos seguir trabajando junto al Banco de Alimentos porque es gente que trabaja muy bien", dijo Carlos Velasco, director de Comunicaciones de Carrefour Argentina.
Durante marco de la 2º Colecta Internacional de Alimentos organizada por la Fundación Internacional Carrefour y el Banco de Alimentos, realizada en diciembre de 2014, los clientes del supermercado donaron 3748 kgs de alimentos y la compañía se sumó con 2000 Kgs más, llegando a un total de 5748 Kgs. Por medio de esta iniciativa, los clientes de Carrefour tuvieron la oportunidad de colaborar con la alimentación de 203.866 personas beneficiarias de los 13 Banco de Alimentos participantes.
Velasco agregó que "nosotros hacemos este tipo de tarea y las damos a conocer para que otras empresas se sumen. Porque lamentablemente en el país se necesitan instituciones como el Banco de Alimentos".
Christian Pazos, de la dirección de Comunicaciones y RSC de Fundación Carrefour, explicó que con los Bancos de Alimentos trabajamos en diferentes acciones. Una de las más importantes es la colecta nacional e internacional. Además hacemos rescate de mermas en nuestras tiendas y centros de distribución. Para nosotros, las mermas son los productos que por alguna manera no se pueden vender pero que a los Bancos de Alimentos le pueden servir".
El ejecutivo agregó que están "trabajando para hacer algunos cambios en el sistema de colectas. Esperemos poder tenerlo realizado para 2016. Debido a que la gente se vuelca más a lo que es digital y es más probable que donen a través de una página web".

Las seis medidas de Mercadona para evitar el desperdicio de alimentos
La cadena española Mercadona implementó el año pasado seis medidas específicas para reducir el desperdicio de alimentos. La compañía que preside Juan Roig busca reducir el sobrante de productos. Las medidas son:

La teoría del "árbol completo": Mercadona ha priorizado la calidad por encima de la belleza en las frutas que pone a la venta. Por ello, en la actualidad se llevan algunas frutas directamente del árbol al supermercado, lo que evita la manipulación intermedia. De esa forma, según explica la compañía, "el cliente ahorra dinero y hay un mayor aprovechamiento agrícola".

Pedir lo justo y necesario: La empresa dispone de pedidos diarios a través de radiofrecuencia para saber todo lo que se está vendiendo en el supermercado en tiempo real. Así, se reclama al centro de distribución justo lo que se necesita en función de una previsión de ventas. De esta forma se almacena muy poco producto en tienda.

Ser más tradicionales: La compañía está adoptando algunas prácticas del comercio tradicional. De hecho, se está ajustando el precio de algunos productos en función del stock. De esta forma, el cliente se beneficia pagando menos por ciertos productos frescos y a la empresa no se les estropea.

No animar a los clientes a almacenar de más: Mercadona ha descartado poner en marcha promociones del estilo 2x1 que animen a los clientes a almacenar en casa más productos de los que realmente necesitan. Para ello, insiste en la política conocida como «Precios Siempre Bajos».

Donar los productos que están en buen estado: La empresa que preside Juan Roig dona los productos que no son aptos para la venta pero sí para el consumo a ONG's y comedores sociales y ha establecido acuerdos con los bancos de alimentos y otras entidades benéficas para donar productos de primera necesidad. En concreto, durante el pasado año Mercadona donó 1.900 toneladas.

Aprovechar todos los productos: Mercadona recuerda que hay productos caducados que no resultan válidos para el consumo humano, pero que pueden servir para producir energía, crear abono o alimentar animales. Por ello, los entregan a gestores autorizados para que lo hagan posible.

Fuente: Actualidad en Supermercados

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