viernes, 10 de abril de 2015

UE: etiquetas semáforo pueden mejorar el autocontrol de los consumidores

Según un nuevo estudio publicado recientemente, las etiquetas nutricionales semáforo pueden ayudar a los consumidores a tener más autocontrol con los alimentos altos en calorías.

Un numeroso equipo de investigadores sugiere que la comprensión nutricional de los consumidores se ve ayudada por los colores verde, rojo y amarillo, colocados en los envases para los diferentes nutrientes, como el azúcar, la sal, las grasas saturadas y las calorías. Sin embargo, el tema ha sido objeto de un intenso debate. La industria alimentaria europea ha afirmado que podría fragmentar el mercado interno de la UE, y la Comisión Europea ha abierto un procedimiento en contra del sistema de etiquetas semáforo del Reino Unido después de haber recibido quejas de la industria en cuanto a que  podría afectar  la comercialización de sus productos.
Esta última investigación, realizada en el Life & Brain Centre in Bonn, observó actividad cerebral en 35 participantes que evaluaron las etiquetas de nutrición en  productos como: el chocolate, yogur y comidas congeladas, ya sea que están presentadas en  gramos y porcentajes por porción, como las etiquetas utilizadas actualmente en toda Europa, o en un código de colores en  forma de “semáforo”.
Adicionalmente, a los participantes en el estudio se les preguntó cuánto estarían dispuestos a pagar por cada producto. Los investigadores encontraron que estaban dispuestos a pagar más por un producto que lleve una etiqueta semáforo verde en comparación con el mismo producto que solo lleve el etiquetado nutricional. También los participantes encontraron que cuando tenían etiquetas rojas estaban dispuestos a pagar significativamente menos por los productos que carecían de información de color codificado.
“Se puede concluir que la etiqueta semáforo actúa como un refuerzo “, dijo la autora Laura Enax del Centre for Economics and Neuroscience at the University of Bonn. ”La importancia para la salud de los ingredientes pesa más fuertemente que las decisiones de compra en comparación con la información nutricional simple”.
Además, cuando los participantes evaluaron cuánto más estaban dispuestos a pagar, diferentes áreas del cerebro se activaron en función de la etiqueta semáforo. Las etiquetas rojas fueron vinculadas a la parte del cerebro asociada con el autocontrol en la elección de alimentos, mientras que las etiquetas verdes activaron la parte del cerebro relacionada con las expectativas de resultados beneficiosos para la salud, señalaron los autores del estudio.
El profesor Weber del CENs at the University of Bonn, también explicó que: “La etiqueta semáforo posibilita que los participantes del estudio resistan mejor a los alimentos poco saludables en comparación con una etiqueta que contiene la información tradicional de los ingredientes, en gramos y porcentajes. Una etiqueta semáforo probablemente aumenta en forma implícita la decisión de salubridad de los consumidores“.

Fuente: Foodnavigator

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