miércoles, 3 de noviembre de 2010

Conociendo a Nuestros Egresados: nota al Ing. Rafael Montes

Entrevista al Ingeniero de Alimentos Rafael Montes, Director de Operaciones de Sudamérica de la Empresa Frutech International Corporation. Montes visitó Concordia para exponer en el último Curso de Tecnología en Industrias Cítricas que se realizó en septiembre en nuestra facultad. Aprovechamos la oportunidad para entrevistarlo y conocer su rica experiencia personal y profesional.


Rafael Montes nació en Santa Elena, Entre Ríos y vino a Concordia en 1992 para estudiar la carrera de Ingeniería de Alimentos. “En mi pueblo funcionaba el frigorífico, mi padre trabajó ahí así que mi idea era venir formarme y volver a trabajar allá. Pero a los cuatro meses que me vine el frigorífico cerró”. Cuenta Montes que durante la carrera lo económico fue su mayor preocupación por que tuvo que “hacer de todo” para mantenerse mientras estudiaba. “Trabajé en supermercados, luego en Bildown SA (Ex Pindapoy) como operador, donde en ese momento lo que estaba en mi cabeza no era tener la materia lista para rendir, sino tener dinero para llegar a fin de mes. Transitar por la Facultad me llevó a tener un sin fin de aprendizajes en mi vida”, destaca el ingeniero.

El salto profesional
Faltando poco para recibirse, trabajó en la Comisión Administradora para los Fondos Excedentes de Salto Grande (CAFESG) en el área de desarrollo regional en Villa del Rosario y se desempeñó como coordinador del proyecto de industrialización de cítricos de la región. Luego, pasó un tiempo sin trabajo con la crisis de 2001 y en 2002 tuvo la oportunidad de trabajar en Brown, una de las compañías líderes a nivel mundial en tecnología de citrus. “Empecé como servicio técnico y aprendí muchísimo. Llegué al puesto luego de una preselección, donde me entrevistaron un americano y un mexicano. A la semana me dijeron tenes que aprender inglés y empezaron a llamarme y a concertar reuniones sin que yo manejara el idioma, lo cual fue un desafío enorme que me hizo crecer mucho en todo sentido”. Como en un cuento de hadas, Montes pasó de vivir de una modesta casa de estudiantes con una vida muy limitada a tener reuniones en hoteles 5 estrellas en Buenos Aires, volar a Estados Unidos, México y San Pablo. “Fue un cambio tan rotundo que lo difícil en su momento fue mantener los pies sobre la tierra”, explica. En Brown, durante su desarrollo profesional formo parte de un equipo que se llamaba “Quick team response” era un grupo de respuesta rápida conformado por ingenieros (muchos de ellos de alimentos) de distintas partes del mundo. “Esto te pone directamente en un plano de igualdad con profesionales de Estados Unidos, México, Brasil, Sudáfrica. Lo que hacíamos era atacar los problemas de la industria citricola, tecnológicos, de eficiencia, de producción para tratar de resolverlos”. Como anécdota, Montes relata que en una oportunidad surgió un problema en una empresa en Estados Unidos que había que resolver y Montes logró dar la respuesta a partir de las sugerencias que le brindaron docentes de la Facultad de Ciencias de la Alimentación. “Quiero destacar la importancia que tienen las relaciones, el “networking”, de esta casa de estudios. Tenemos docentes de reconocimiento mundial que generan un plus en posicionamiento. Esa parte no tiene precio en la Facultad. Además, al ser una casa chica uno termina teniendo clases particulares”, resalta el ejecutivo.


¿Cómo se sintió en cuanto a la preparación que le brindó la Facultad con respecto a los ingenieros de alimentos de otros países?
Le diría que estamos excedidos de conocimientos. Porque sabemos de mecánica, de electricidad cuando en la realidad laboral te encontrás con un ingeniero en mecánica y/o en electricidad que es el encargado en resolver problemas de su especialidad. En cambio los ingenieros en alimentos de Estados Unidos o mexicanos tienen conocimientos más específicos. Un cuestionamiento que hay en el exterior para la ingeniería de alimentos en la Argentina es la edad en que nos recibimos. Somos muy grandes, mis colegas del exterior tienen 22 o 23 años y aquí se reciben con 27 años.
Montes estuvo radicado en Tucumán donde trabajó para la empresa Brown desde 2002 hasta 2008 y se desempeñó en Servicio Técnico evaluando procesos, luego como Gerente Técnico y Gerente de Servicios al cliente, un puesto tanto técnico como comercial logrando el posicionamiento de la compañía como líder en el mercado de procesamiento en cuanto a la capacidad instalada. Durante ese lapso además, realizó una Maestría en Dirección y Administración de Empresas (MBA), que se dicta en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile (PUCV) y la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), MBA. Desde el 2008 a la fecha trabaja para Frutech Internacional empresa especializada en la producción y comercialización de aceites esenciales y derivados del citrus. Lo hace desde Paraná, Entre Ríos, lugar que eligió para tener su oficina que maneja principalmente desde su casa. “Hay un concepto que es cada vez más usual que es el “home office”, cuando estoy en Argentina trabajo desde mi casa y si no, lo hago desde las oficinas de la compañía en México o Estados Unidos”.

Sobre la carrera
¿Qué perspectiva considera que tiene la carrera de ingeniería de alimentos en el contexto actual de aumento en la demanda de alimentos a nivel mundial?
Creo que es una carrera clave, es un eslabón fundamental en la producción de alimentos al mundo, donde además somos una parte sumamente importante en nuevos desarrollos tecnológicos, que considero la clave de sustento a futuro. El crecimiento de la población es constante y las materias primas son cada vez menos. Otro aspecto importante es no olvidar que todavia hay muchísima gente que hoy se muere de hambre, entonces considero que nuestra obligacion trabajar para aportar soluciones al respecto.
¿Cuál cree que debe ser el rol del ingeniero de alimentos en nuestro país?
Agregar valor a la producción primaria. Tenemos que industrializar para no vender materias primas. Hay capacidad profesional y hay líneas de inversión internacionales que hoy permiten avanzar en ese sentido.¿Qué consejo le daría hoy a un estudiante de ingeniería o algún joven interesado en la Ingeniería de alimentos?
En primer lugar, que se preparen en idioma porque si no, no van a tener la opción de desarrollarse en todo su potencial profesional, la globalizacion y los avances en comunicación nos obligan, al menos, a hablar ingles. También, el comentario que les haría es que en las últimas dos empresas multinacionales que trabaje las últimas contrataciones fueron dirigidas a ingenieros de alimentos, por los resultados positivos que vienen entregando los profesionales de dicha especialidad. Por último, creo que la convicción es fundamental para cualquier meta que nos propongamos.Para finalizar, Montes señaló que uno de los mejores recuerdos de su paso por la Facultad, fue la solidaridad de sus compañeros entre los que hizo grandes amigos, y el apoyo que siempre recibió de docentes y personal de la Institución en los momentos en que la carrera se le hizo cuesta arriba.

Fuente: Comunicación Institucional FCAL - UNER

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