lunes, 10 de enero de 2011

La importancia de una buena hidratación en el ambiente de trabajo


El agua es un elemento indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, en tanto que la deshidratación es el déficit de la misma en el cuerpo.
Sufrir deshidratación en el lugar de trabajo trae aparejado una pérdida de concentración, un menor rendimiento e, incluso, aumenta el riesgo de sufrir accidentes laborales. Se demostró en diversos estudios que la deshidratación puede afectar negativamente el rendimiento mental y ciertas habilidades cognitivas de la persona como la atención y la memoria a corto plazo.
Cualquier actividad laboral que realice el trabajador incrementa la producción de calor del organismo, de forma proporcional a la intensidad de ésta. Los mecanismos de pérdida del calor que se generen supondrán una pérdida proporcional de agua y sales. En consecuencia, la hidratación siempre será necesaria y proporcional a la intensidad de la actividad desarrollada. Además, la actividad basal del cuerpo siempre produce una pérdida imperceptible de agua, tal cual es la vaporización por la respiración y la piel. Por lo tanto, siempre es necesario hidratarse, aunque el esfuerzo no sea físico ni muy intenso.
Al prevenir la deshidratación, el sujeto podrá concentrarse en su tarea, aumentará su rendimiento y disminuirá de forma exponencial el riesgo de sufrir accidentes laborales. En este sentido, es muy importante establecer pautas de hidratación a lo largo de la jornada laboral.
Algunos consejos son:
- La empresa debe proporcionar a sus empleados bebida y situarla tan cerca de su lugar de actividad como sea posible.
- Se debe concientizar a los trabajadores de la importancia de que lleguen a sus puestos correctamente hidratados desde casa o en el trayecto previo a comenzar la jornada laboral. Se recomienda beber agua antes, durante y después de la actividad física.
- No esperar a tener sensación de sed para beber. Ésta es una señal que envía nuestro cerebro para que nos hidratemos, aunque cuando aparece la misma ya se ha perdido el 1% del líquido corporal.
- Elegir preferentemente el agua al resto de bebidas.
- Durante las jornadas más calurosas consumir además una bebida rica en sales minerales.
- Evitar tomar bebidas que contengan cafeína (como gaseosas, té o café) y/o alcohol, ya que tienen un efecto diurético incrementando la producción de orina y promoviendo la deshidratación.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas. La reposición de líquidos se obtiene un 20-25 % de los alimentos y un 75-80% de las bebidas.
- Reducir la ingesta de alimentos grasos.

El agua es la mejor bebida para hidratarse. La cantidad que debe tomarse se calcula en 35ml por cada kilo de peso corporal, aunque depende mucho de la actividad física que realice la persona. Por ejemplo para una persona cuyo peso es de 70 kg debería ingerir 2,450 litros de agua. Lo ideal es tomar la bebida fresca pero no fría (10-15º C) para favorecer la absorción.

Fuente:Dr Patricio Ortega
Médico especialista en Toxicología, Medicina Legal y Medicina Laboral
Dpto. Salud Ocupacional Prevención ART

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