martes, 27 de diciembre de 2011

La frutilla, ¿nuevo alimento funcional?

Un nuevo estudio halla un preciado valor antioxidante y rico en taninos en las hojas de las plantas de frutillas.
Aunque están consideradas una fruta, las frutillas son en realidad un racimo. El fruto son los aquenios, es decir, los pequeños puntos negros que sobresalen de la parte más carnosa. Pero este alimento podría ser mucho más. Las hojas verdes de las frutillas, a pesar de no ser comestibles, destacan por un valor antioxidante y rico en taninos. Los tecnólogos de alimentos buscan más utilidad para este subproducto desde el punto de vista de la alimentación.
En general, las frutas aportan numerosos beneficios al organismo y gozan de un gran sabor. Pero pueden ser mucho más. Expertos de la Universidad de Burgos y la Universidad Tecnológica de Kaunas, en Lituania, han trabajado con un objetivo común y han hallado un preciado valor antioxidante y rico en taninos en las hojas de las frutillas. Incluso se apunta su uso como un nuevo ingrediente funcional.
La creciente demanda de alimentos funcionales y su exitosa efectividad favorece que los científicos busquen nuevos compuestos bioactivos que permitan la elaboración de este tipo de alimentos. El objetivo es reducir los compuestos químicos y, en su lugar, trabajar con compuestos naturales. El hallazgo del poder
antioxidante en las hojas de la frutilla permite aumentar la vida útil de ciertos alimentos. Los investigadores trabajan con el aceite de pescado como alimento modelo, un producto con un elevado riesgo de oxidación lipídica, es decir, con ácidos grasos que se oxidan de forma muy rápida, lo que facilita evaluar con más precisión el efecto antioxidante de las hojas de las frutillas.

Menos oxidación de las grasas, mayor vida útil
Los expertos han tratado de evitar la oxidación de los ácidos grasos con el uso de los compuestos antioxidantes y fenólicos extraídos de las hojas de la frutilla. En el laboratorio, se han realizado diferentes pruebas técnicas para estudiar la composición fenólica, la actividad antioxidante, la presencia de compuestos volátiles y cómo afecta todo esto al aceite de pescado, en concreto al tipo Pomatomus saltatriz, una especie de pescado azul que se localiza en profundidades medias. En la siguiente fase del estudio se ha utilizado un panel sensorial con catadores para poder detectar con mayor precisión matices que pueden pasar por alto a las nuevas tecnologías.
Las nuevas investigaciones ponen un valor a un subproducto desaprovechado hasta ahora en la industria alimentaria.
Para entender con facilidad el proceso de las hojas de las plantas como alimento funcional, los expertos explican el caso del pescado azul, un producto rico en ácidos grasos omega 3 y con capacidad para disminuir el colesterol en sangre. Si se le añade el suplemento procedente de las hojas de frutilla, la aportación fenólica y antioxidante es mayor, con lo que, además de sus características naturales como reductor de los niveles de colesterol, se retrasa su oxidación a partir de compuestos antioxidantes y, por tanto, se mejora la vida útil del pescado.
A partir de esta línea de investigación, la Universidad Tecnológica de Kaunas continúa su estudio con el desarrollo de un compuesto cárnico que incorpore estos nuevos ingredientes funcionales. El objetivo es mejorar la calidad de los alimentos, su vida útil y seguridad. Además, los resultados de este estudio ponen un valor a un subproducto desaprovechado hasta ahora en la industria alimentaria.

Las hojas de frutillas como remedio medicinal
Las hojas de la frutilla son fuente de antioxidantes y compuestos fenólicos. En infusión o como remedio casero, benefician al organismo. No irritan al sistema nervioso y ayudan a alcalinizar al sistema. Son un buen remedio contra procesos gripales y cuentan con propiedades astringentes, con lo que se recomiendan para tratar las diarreas crónicas y también las infantiles.
Son eficaces para afecciones de garganta, sobre todo para la inflamación de las anginas, y pueden usarse en cataplasmas de hojas frescas para inflamaciones dolorosas de cualquier parte del cuerpo. Además, son un remedio efectivo para las alteraciones de la piel, ya que la raíz destaca por propiedades depurativas y diuréticas, además de afecciones como la gota o las piedras en riñón. Reúnen gran cantidad de minerales, por lo que se les atribuyen efectos antianémicos y reconstituyentes.

Las frutillas, alimento perecedero
La frutilla es un alimento perecedero, se estropea con mucha facilidad y su vida útil es más bien corta. Durante el transporte desde el establecimiento donde se adquiere hasta el domicilio pueden estropearse, sobre todo si están muy maduras o si se compran grandes cantidades. Las frutillas son un alimento que debe consumirse después de su compra. Para conservarlas, basta con colocarlas en el frío, sin olvidar varios aspectos:

•Colocarlas en un recipiente lo más horizontal posible.
•No amontonarlas.
•Retirar las frutillas con marcas o estropeadas.
•Taparlas con film transparente sin que este toque las frutillas. Se deben tapar porque desprenden un olor que otros alimentos pueden absorber.
•Duran de cuatro a cinco días en el frio, en función de su grado de maduración.

Las frutillas que se adquieren deben ser gruesas, de apariencia fresca y brillantes. Deben tener los tallos intactos y nunca se han de retirar hasta que no se hayan lavado y se piensen consumir. También es aconsejable lavarlas justo antes de comerlas y no antes de guardarlas, si no se consumen en ese momento.

Fuente: Agromeat

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