viernes, 4 de noviembre de 2011

Carnes: factores de producción mirando al futuro ¿Que debe producir Argentina?

por TSTA Daniel Larrosa*


El siguiente trabajo fue parte de una charla que fui invitado a dar por FANUS, Foro de  la Alimentación, la Nutrición y la Salud, el 24 de septiembre de 2010 con motivo del  II Curso, llamado la Cadena Avícola y la Salud Humana, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.


Ante un mundo globalizado, de población creciente y en un escenario complejo, podemos plantear un futuro de producción de proteínas de alta calidad en relación no a cuestiones tradicionales, sino a eficiencia y velocidad de producción.
En la actualidad, según el Banco Mundial, habitan este mundo una cifra cercana a los 6.800 millones de personas, con una tasa de crecimiento del 1,2% anual, lo que llevaría a finales del 2020 a una cifra que rondaría los 8.500 millones de personas.
Este detalle anterior, se pone más complejo cuando vemos que desde 1965, en que la población mundial era de 3.500 Mill. hasta la actualidad, la superficie de tierra disponible para la siembra (alimentación) no ha aumentado significativamente, lo que nos dice que solo gracias a la mejora en la productividad y con aplicación de tecnología, en un marco de sustentabilidad de los recursos y respeto al medio ambiente, se logrará llegar a cubrir la necesidad de consumo futuro.

Otros datos, siempre el BM como referencia, nos dicen que los recursos de agua no son justamente sobrados, sobre todo en aquellas regiones donde más explosivo será el aumento poblacional, Asia a la cabeza, siendo también donde menos tasa de tierras para el cultivo per capita existe, tal como se muestra en la tabla siguiente.


Según las mismas fuentes, el consumo actual de proteína de alta calidad (animal) en algunos países (en kg/hab/año):


Datos proporcionados oficialmente por los gobiernos de China e India, señalan que esperan un aumento del consumo de proteínas animales para los próximos 20 años estimados en 10 kg/hab. La incidencia de este aumento de 10 kg en 1000 Mill. de personas se traduce en 40 Mill. de Ton de Alimentos adicionales.
A nadie se le debería escapar que la mejora económica que están experimentando estos países, especialmente China, donde alrededor de 1000 Mill. de habitantes pasaran de U$S 2.900 de ingresos anuales a (aproximadamente) U$S 3.100, quienes seguramente intentarán modificar su dieta basando esa mejora en la incorporación de proteínas animales. (Esto es, desde el punto de vista de la producción de alimentos, más importante que los 100 Millones de chinos que tienen como ingreso promedio U$S 100.000/año, ya que estos últimos tiene el tema dietario solucionado).
Las estimaciones de los organismos mundiales son que cerca del 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades o áreas urbanas en 2050, comparado con el 49 por ciento que lo hace en la actualidad. Además se espera que la demanda de alimentos continúe creciendo como resultado del incremento demográfico y el aumento de los ingresos. El 72 por ciento de la producción cárnica será para el consumo en los países en desarrollo, que hoy en día consumen tan solo el 58 por ciento.
La demanda de granos (como alimentos y como piensos para animales) se cree alcanzará 3.000 millones de toneladas en 2050. Esto implica que la producción anual, de cereales y oleaginosas, tendrá que crecer en casi 1. 000 millones de toneladas (hoy es de 2.100) y la producción de carne en más de 200 millones de toneladas, para alcanzar 470 en el año previamente nombrado.
Frente a estos “detalles” viene la pregunta básica. Con la limitación de recursos prevista y la necesidad de alimentar una población en aumento. ¿Qué tipo de carne deberíamos producir?
Antes de los datos comparativos, deberemos preguntarnos, que tipo de explotación animal será el que hay que desarrollar. Estoy convencido que la producción intensiva será la que en el futuro jugará un rol decisivo en la producción de proteínas de alto valor biológico. Claro, esto da como necesario la especialización tecnológica y el aprendizaje de herramientas que ayuden a solucionar las distintas alternativas que se irán presentando. Conclusión, se terminará obligatoriamente la chantada para empezar de una vez por todas, a profesionalizar la actividad en el área de la producción animal, especialmente en la nutrición.
Los datos para el análisis:


El debate queda abierto

Fuentes: Banco Mundial, FAO, diversas revistas especializadas en producción animal.

* Daniel Larrosa es Técnico Superior en Tecnología de los Alimentos graduado en la Facultad de Ciencias de la Alimentación de Concordia (UNER). De vasta experiencia en la industria, actualmente se desempeña como consultor en nutrición animal, calidad y tecnología de piensos compuestos en la empresa Prosavic SRL en San Antonio de Areco (Buenos Aires)

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