Perplejos y alarmados por los resultados de la producción de esta temporada los apicultores se embarcaron en una investigación para determinar las razones de este misterio. Finalmente, las abejas han sido cazadas -no de forma literal, claro- comiendo desechos azucarados procedentes de Agrivalor, una fábrica de biogás cercana que trabaja con contenedores de residuos de la empresa Mars (concretamente de su producto M&M's), ubicada a tan solo cuatro kilómetros de distancia de las colmenas afectadas.
Para dar con la fuente siguieron, literalmente, la huella de las patitas de las abejas, que no eran amarillas como ocurre cuando beben néctar de las flores, sino de tonos mucho más vistosos y muy poco naturales.
Según el diario Le Monde, la empresa Agrivalor ha informado que efectuarán la carga y descarga de los contenedores en una zona cerrada a la que las abejas no puedan acceder.
Por otro lado, aún queda por determinar si la miel de colores es apta para su ingesta. De momento, los apicultores de Ribeauvillé están de acuerdo con los expertos que desaconsejan y alertan los peligros de su consumo: "El producto no es vendible. Esto no es miel".
Fuente: Quo.es
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