jueves, 28 de junio de 2012

Informe del INTA sobre el los impactos económicos y sociales de las recientes heladas

En un informe oficial el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria evalúa los alcances a nivel económico que tuvieron las heladas del 7, 8 y 9 de junio pasado, además de los daños ocurridos en las plantaciones. El riesgo de seguir embalando fruta de menor calidad, la pérdida de mercados y la saturación de las plantas de jugo; constituyen algunos de los principales problemas, aparte de la disminución de la cosecha. Pero además de graficar lo que se perdió, el informe propone trabajar sobre el “desastre” para replantear la matriz productiva de la región. 

-Efectos de estas heladas en el mercado de frutas frescas: frutas dañadas son cosechadas y embaladas por los productores, tal vez sin advertir éstos que la fruta ya presenta daños irreparables, con presencia de malos sabores, pérdida de peso y problemas serios de conservación postcosecha . Esto dificulta la venta en el mercado (lo ensucia) bajan los precios, se pierde la confianza del cliente y por ende la campaña completa se complica.

-Efectos de estas heladas en la industria de jugos: En cuanto a la industria, las fábricas se encuentran hoy abarrotadas de fruta; según algunos entrevistados solo reciben naranjas y no así mandarinas. El hecho de que las frutas afectadas pierden peso y calidad industrial rápidamente, indicaría que el precio de la industria tendería a bajar, llevando a muchos productores a decidir tirar la fruta al suelo antes que ir a pérdida con la industria.

-Daños económicos y sociales. La actividad citrícola constituye la base de la economía del Nordeste de Entre Ríos. Demanda una gran cantidad de mano de obra directa (podas, raleos, cosecha, etc.) como indirecta (talleres mecánicos, comercios de repuestos, maquinarias, insumos, etc.). Las graves consecuencias observadas obligarán al productor a suspender todas las actividades previstas en la presente campaña y, probablemente, a suspender en parte las inversiones y gastos previstos

La hipótesis es pensar que esta campaña se iba a comercializar la misma cantidad de bultos que la anterior (datos que aparecen en el cuadro, son según FECIER, los bultos transportados a distintos mercados concentradores en la campaña pasada 2011 sin tener en cuenta la exportación.
Si se considera que el 30 % ya fue comercializado antes del evento y que se podría trabajar un 50 % restante, la pérdida sería de 7.241.987 bultos, que a $ 25 de promedio, representan unos $ 180 millones que NO entrarían al Departamento. La idea de este ejercicio numérico es para proporcionar una magnitud económica y social que produjo esta helada histórica para la zona.

Resumen: Heladas de las intensidades registradas los días 7, 8 y 9 de junio próximo pasados no tienen antecedentes en la serie histórica 1931-2012. Al cabo de estos primeras dos semanas posteriores a su ocurrencia, los daños ocurridos tanto en la producción de la presente campaña como en las plantaciones pueden considerarse como muy severos y en muchos casos de desastre, pues en muchos lotes predomina la pérdida total de la producción actual por los daños observados en la fruta y también daños superiores al 80 % en las copas de los árboles, con defoliaciones que a la fecha de completar este informe continúa en aumento, como así también la caída de frutos. Se puede decir que los daños en frutos han sido generalizados en toda la región citrícola del río Uruguay, de Norte a Sur. Además, el proceso de deterioro de los mismos es evolutivo y seguramente continuarán aumentando en la medida que pasen los días los procesos de alteración del sabor, disminución del contenido de jugo y también la caída de los mismos. Los daños en planta, aunque variables según zonas y circunstancias particulares de cada lote, también son muy elevados, con defoliaciones que superan en muchas ocasiones el 80 % de las copas. Además este proceso de defoliación, que ha ocurrido a principios de la época invernal, deja expuesta la estructura del árbol (ramas y troncos) a agentes externos (nuevas heladas, sol, otros), que pueden intensificar los daños ocasionados por las heladas, daños que aún se encuentran en plena evolución.
También hay que mencionar el impacto de las heladas en la mayoría de las plantas de viveros de la región, la pérdida de las mismas y las dificultades para realizar las reposiciones y replantes requeridos en un proceso de recuperación de semejante magnitud. Como menciona y cuantifica el Ing. Perini, ha ocurrido una brusca pérdida de trabajo de empleos directos (cosecha y empaque), además que muchas tareas relacionadas con el manejo de las quintas también se ven interrumpidas. La magnitud del evento determina que las medidas técnicas son insuficientes para resolver la situación de supervivencia de un significativo porcentaje de productores de la región. En muchos casos, las plantaciones no se recuperarán de estas heladas, y en muchas otras, la recuperación demandará años, por lo que el replanteo de las fuentes de trabajo y producción de las familias y personas afectadas pasa a ser prioritario. Sin embargo, también hay que destacar que situaciones límites como a las que se enfrenta hoy en día la citricultura, y como ha ocurrido en otras circunstancias anteriores, brindan una oportunidad para replantear la actividad productiva regional, mejorando las limitaciones actuales.

Fuente: Diario Junio

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